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14 may 2010

En mi lista hay traidores, hay deudores, acreedores y rencores que una vez fueron amores.
Hay fingidos salvadores vestidos de predicadores. Hay santos y pecadores, peores que los roedores.
Mi lista no se cuece en dos hervores y si fuese vista provocaría al mas provocador de los provocadores.
Hay difamadores y desagradecidos a los que hice favores y ahora se hacen los desentendidos.
Puse legisladores de varios partidos, y es sabido que algunos se lucen por tener menos luces que apellidos.
Hay vencedores vencidos y empedernidos dictadores.
Perdón que insista, pero mi lista es para esos forajidos el más temido de los tumores.
Está el veleta que con traje de etiqueta me tiró en la cuneta,
era una vendetta por no decirle que tenia abierta la bragueta!
Están los proxenetas de la a hasta la zeta.
Está Romeo, está Julieta, el macho alfa y el beta.
Y ya se pone inquieta la gente cuyo nombre rima con “eta”. Que lo parió Mendieta!!!
Si escarbo veo que mi lista tiene mas Garbo que Greta.
En mi lista está esa, la que no volvió diciendo “voy al baño y ya vuelvo”.
Y está ese que se fue con lo prestado diciendo “ya te lo devuelvo”.
A nadie absuelvo, ni soy complaciente, en mi lista hay incluso algún pariente.
Y la maestra demente que me dio aguardiente en el kinder.
Mi lista es mi confidente y es valiente como la de la Schindler.
Hay gente del jet set, un cuadro de Monet, una marca de champaña y cabernet.
Está Ortega, está Gasset.
No es por meter cizaña pero en mi lista no hay reset, te lo digo tête a tête.
Y si saco la guadaña a los de peor calaña hasta le pongo la foto carnet.
Y ni la más extraña de las alimañas se va a dar maña para colgar mi lista en la internet.
También está Lisett, esa amiga de mi madre que quería que yo hiciera ballet,
y al enterarse de que estaba , dijo que si la borraba me pagaba el cachet.
Cuando la leo se retuercen mis entrañas , se remueven telarañas,
el aire se espesa y empaña y se corta con Gillete.
Así es la cosa mi lista es más peligrosa que una piraña en el bidet.
Paso revista y veo al patrón clasista que me echó porque le surgió en su terapia conductista,
y por oportunista están él y su analista.
En mi lista hay gente que se pasó de lista.
Además están esos que no estuvieron cuando yo esperaba que estuvieran ahí.
Y los que de mi se rieron cuando caí, esos también están aquí.
Mi lista es amarga y es mas larga que el numero pi.
Mi lista es mi tratamiento en épocas de abatimiento, es mi escondite y mi aliento frente al padecimiento.
Es mi primer y único mandamiento, es un documento, y en ella están los nombres causantes de mi sufrimiento.
No miento, mi lista es mi instrumento y no sabe de miramientos, así que lo siento,
que la muestre o que la preste va a ser más difícil que verle la sombra al viento.

Se que morís por descubrir qué lugar ocupas en mi cabeza,
y que no te deja dormir en paz saber si estás en mi lista negra.

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